Apellidos como López o Rodríguez son cada vez más habituales en los títulos de crédito de los programas de televisión en inglés en Estados Unidos donde la presencia hispana ha dejado de ser secundaria para hacerse notar como protagonista delante y detrás de las cámaras.
Más de 50 millones de latinos que consumen productos de entretenimiento en el país han hecho que la industria cinematográfica y de televisión busquen fórmulas y actores para llamar su atención. De ahí el auge de las estrellas latinas. Apellidos como López (Jennifer, Mario y George) están presentes en todas las cadenas estadounidenses así como Sofía Vergara, cuyo desparpajo en la telecomedia de moda Modern Family le ha valido cuatro nominaciones como mejor actriz de reparto en los Emmy.
Pero no sólo ellos son famosos en la industria televisiva americana. Nombres como Edward James Olmos, Héctor Elizondo, Cheech Marín, Jimmy Smits, Esai Morales, John Leguizamo o Benjamin Bratt son algunos de los que allanaron el camino para quienes vinieron después.
Otro de los casos más significativos ha sido el auge de la carrera profesional de la tejana Eva Longoria. Con tan solo 13 años pasó de ser una asistente de vuelo en Beverly Hills, 90210 a una residente de ese famoso barrio en Mujeres desesperadas hasta convertirse en productora ejecutiva de series. Su último proyecto, Devious Maids, se centra en la vida de cinco latinas que aspiran a todo mientras limpian la casa de los millonarios de, precisamente, Beverly Hills.
También el caso de Salma Hayek es significativo. La actriz convirtió la telenovela Betty la fea en el éxito Ugly Betty que catapultó a la fama a América Ferrera. Esa actriz es uno de los exponentes de la generación de Wilmer Valderrama, Jessica Alba y Cote de Pablo, quien recientemente anunció su salida de NCIS, y que sigue a la de Adam Rodríguez y Cristián de la Fuente.