Ahora que Google con Android y Apple con el Carplay de iOS se han lanzado a por la conquista de los automóviles, una de las mayores preocupaciones es la de evitar que la tecnología se convierta en una nueva distracción que aumente la siniestralidad en las carreteras. Bajo esa premisa, los manos libres nacieron para atender las llamadas y, más recientemente, algunos fabricantes han tratado de utilizar la luna delantera como lienzo donde proyectar información y evitar que la mirada se vaya al GPS, no siempre colocado en el mejor lugar.
La «startup» estadounidense Navdy ha creado un sistema que permite al conductor disfrutar de un sistema en el que acceder, entre otras cosas, a los mapas con las rutas que ha escogido en su teléfono o los avisos de las aplicaciones. Todo ello sin apartar los ojos de la carretera. En los foros especializados comparan la experiencia a la que supondría conducir con Google Glass, con la diferencia que no hay que llevar el «gadget», que puede acabar resultando un tanto aparatoso para los conductores (en muchos países, su uso al volante está siendo objeto de un fuerte debate).
Navdy es un pequeño aparato que se sitúa en el salpicadero, justo enfrente del conductor. A través de una cámara de infrarrojos, capta la posición del usuario e interpreta sus gestos. Para facilitar la interactuación con el sistema, que funciona con una solución basada en Android, cuenta con un micrófono para habilitar el reconocimiento y el control de voz, con todas las posibilidades que podría suponer integrarlo con sistemas como Siri, Google Now oCortana.
Realmente, no utiliza el parabrisas sino una pequeña pantalla, que desde la perspectiva del conductor, da la sensación que la información va dibujándose en el cristal. Además, permite interactuar y contestar a las distintas notificaciones. La revista Wired ha comparado esta interfaz con la que utilizan los ‘jets’ de combate.
Se espera que el dispositivo llegue a lo largo de 2015 al mercado. Los prototipos han sido testados tanto con dispositivos Android como iOS. La particularidad es que no está pensando para vehículos de última generación, sino que se adapta dependiendo de cada automóvil.