Hace tiempo que la orina humana es considerada una posible fuente de energía gracias al uso de procesos químicos. Ese principio podría aplicarse también a las baterías de los smartphones, gracias a un desarrollo por el que ha apostado financieramente Bill Gates.
Lo ha hecho a través de su fundación, The Bill and Melinda Gates Foundation, que ha apoyado las investigaciones que se están llevando a cabo en el Bristol Robotics Laboratory en Inglaterra.
Este es el mismo laboratorio que no hace mucho aplicó este desarrollo a los llamados EcoBots, pero parece que el alcance es muy amplio y las llamadas células de combustible microbianas podrían formar parte de nuestros terminales móviles a medio plazo.
La orina pasa por una serie de depósitos en los que se encuentran las células que además de crear electricidad expulsan una versión distinta de la orina que se puede desperdiciar sin ningún tipo de conflicto. El reto, por el momento, es unir los suficientes “transformadores” para proporcionar un nivel adecuado de energía eléctrica.
