Samsung acaba de presentar los resultados financieros del segundo trimestre fiscal, y son peor de lo esperado. Tanto que la compañía ha tenido que salir a dar explicaciones sobre esta caída en ingresos y ventas.
Esta vez si ha sido la crónica de una muerte anunciada, o al menos, la de un batacazo anunciado. Y lo ha sido porque hace apenas un mes que el CFO de Samsung salía en rueda de prensa avisando a inversores y stakeholders que este trimestre la compañía no iba a cumplir con las expectativas, después de encadenar unos cuantos ejercicios de crecimiento absoluto tanto en ingresos como en ventas por dispositivos. De esta forma, Samsung, que acaba de anunciar los resultados de su segundo trimestre fiscal, ha tenido unos ingresos de 51.400 millones de dólares, con uno beneficio de 7.100 millones; muy muy lejos de los cerca de 9.400 millones de dólares del mismo periodo correspondiente al año anterior.
De hecho, esta vez no ha cogido por sorpresa, puesto que la compañía nº1 en ventas de dispositivos móviles del mundo ha venido avisando estas semanas atrás, y de nuevo, junto con la presentación de sus resultados, ha dado una serie de explicaciones para intentar tranquilizar a todos los interesados en el valor de las acciones, de las cuentas de las compañías y de su capitalización en los mercados en los que opera.
¿Lo más interesante? La coreana achaca esta disminución de resultados a las pérdida de fuerza del won en el mercado de divisas internacional, que irremediablemente está ligado a su competitividad interior y por extensión, al comportamiento de las exportaciones, que pese a no haber caído en el mismo nivel que las ventas de sus dispositivos, han afectado de forma negativa a las cuentas de Samsung estos dos último trimestres.
Además, en el otro lado de balanza está el pobre crecimiento en la ventas de sus tablets. Samsung no acaba de despegar con la venta de sus Tabs, pese a haber presentado alternativas muy interesantes como las nuevas Tab S. De hecho, la compañía achaca este problema principalmente al bajo ratio de renovación de este tipo de dispositivos por los usuarios, mucho menor que el del smartphone, por lo que en este sentido poco pueden hacer: muchos usuarios ya tenían tablets antes de la llegadas de las nuevas de Samsung y lo cierto es que no hay mejoras sustanciales que justifiquen la compra de una nueva, al menos para el público general que es el que engorda las listas de ventas de todas las compañías.