“Miedosa, sangrienta o sensacional y evoca una respuesta negativa”, fue la declaración enviada por Facebook a Samantha Stevens y Kevin Bond, demostrando el rechazo a publicar una imagen donde se ve al bebé de la pareja conectado a una serie de tubos y mangueras.
La intención de los padres era pedir ayuda mediante la red social, por medio de un“Boost pago”, lo cual le permitiría al anuncio tener mayor difusión y, por ende, llegar a una cantidad mayor de posibles personas dispuestas a colaborar.
Sin embargo, la empresa de Mark Zuckerberg envió un lapidario mensaje a los progenitores, donde catalogaba a la imagen como no apta para ser publicada.
A raíz de la decisión, gran cantidad de usuarios mostraron su descontento con la medida, reclamando contra la entidad por la medida.
Por lo mismo Facebook finalmente decidió ceder ante la presión y “premió” a la familia con 10 mil dólares en anuncios dentro de su página, aunque Stevens y Bond prefirieon dividir las ganancias con otra familia con un problema similar.