Los robots cada vez con mayor frecuencia forman parte de la vida cotidiana, hasta tal punto que un niño británico ‘se radicó’ durante 2 meses en un aparato para poder mantenerse en contacto con su familia mientras se encontraba lejos de casa.
Después de una compleja cirugía el niño se vio obligado a someterse a un periodo de rehabilitación en el hospital, pero debido a lo delicado de su tratamiento Grady tuvo que ser aislado en una habitación, donde solo podían ingresar los médicos y familiares más cercanos.
Los movimientos del dispositivo, equipado con una cámara y un micrófono, eran controlados por Grady mediante un ordenador portátil desde la habitación del hospital. De esta forma ‘el niño robot’ podía trasladarse por la casa, ‘desayunar’ junto a sus padres y hermanos, ‘ir’ a la escuela e incluso ‘asistió’ a la fiesta de cumpleaños de uno de sus amigos.
Terminada la rehabilitación, Grady dijo a la BBC que el robot le ayudó a no perder las esperanzas durante su recuperación. Mientras sus hermanos bromearon que con el aparato era más fácil “bajarle la voz a Grady”.